sábado, 17 de mayo de 2025

La deriva













Solo puede caminarse a la deriva.

Ya está bien del fin.

Hay afuera toda una vida sin propósito.

Tálate para sentir el pie descalzo

y riega aquello que antes era aurora.


Ese día sin relojes se percata:

las flores crecen ya de las brújulas

y rotos al fin gafas y alambiques,

guiaré mis pasos por la ruina verdadera.


Solo puede caminarse a la deriva.

Decir basta a la nueva oportunidad.

Criar a los hijos entre peligros e inventos.

Trepar tapias como forma de guarecerse.


Ya. Está. Bien. Del fin.

Me daré prisa moldeando sumideros

por los que escurrir los nuevos pálpitos.

Llamaré desequilibrio a la estabilidad.


Y ahora ya nuevo y funambulista,

caminando tras el rastro de los poemas,

sobre una cuerda hecha de serrín y espejo,

siento en mí el aire que ni estima ni sopla.

viernes, 9 de mayo de 2025

Olea











En un sitio verdadero llamado casa o trasluz,

en una montaña de vacas y monte y aldea,

rechinan las bisagras del mundo, cabras

miran muy fijamente el paso de la visita.


A veces llueve, a veces beben los terneros 

la leche caliente de la galaxia enmohecida.

Es hermoso llenarse el pulmón y decir basta,

y caminar con la fascinación del lustro nuevo.


Aquí puedo decir que soy algo como la hierba

que rumia muy lentamente el solar del camino,

algo como el deseo, nube que se desparrama  

y se lanza y llueve sobre el ombligo del prado.


No hay como asistir al nacimiento de los ríos,

para descubrir, de la ciudad, su insignificancia.

Aquí yo broto, allá soy lentamente absorbido

por aquella casa que hierve, cubil deshabitado.