Se arrasan todos los aires
sin disculpa...
Vicente Aleixandre
Hasta la lentitud la he querido siempre
de inmediato. Tu carne vieja, tu vida noble
son el secreto naranja de mi obstinación.
Todo lo que te dijeron imposible: ¡alarma!,
lo que no se podía hacer: ¡adelante sin duda!
Pero yo he ido más allá arrasando los lirios
y las caras invencibles de la expectación.
Ha habido en mis aires languidez y ruina,
y todo lo que he construido ha sido derrumbe,
pero voy con los ojos perdidos a las azoteas
desde las que diviso mi siguiente perdición.
Ese que veis allí seré yo dentro de un rato
intentando escalar la lluvia, romper el miedo,
rumiar la ira hasta convertirla en mecedora,
vestir de azul ligero el color del abrojo
y modelar poemas en el horno de fundición.