miércoles, 21 de febrero de 2024

Cabellos que son presidio















La libertad nos dura lo mismo que el salir

entre las piernas de la madre humedecida.

Cada uno de nuestros cabellos son presidio,

cárcel es la boca misma y el pensamiento.


Yo nací en contra de todos los albores,

recorrí los ríos hacia arriba siempre, ¡abajo!

sí, la vida es este origen acostumbrado,

esta encerrona gris de la ciudad perpetua.


No soy mejor porque hayan muerto los amigos

o vea las hoces ya corroídas en la granja,

mi alma es este desgarrarse contra lo blando,

este irse a todas partes con ojos descosidos. 


Por más que me entren cismas por la boca

y aligere el paso de los suicidios bellos,

yo abro temprano la puerta ocre de la algaba

y juego a ser otra cosa, a ser de todo sin mí.

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