La vida sigue sin mí esta tarde,
fría como la boca del bostezo,
nubes naranjas ríen y se ocultan
en los parques de la ciudad inmensa.
Niños atrapados en sus cuerpos juegan,
padres atrapados en sus cuerpos guían,
una mujer atrapada en su cuerpo
conduce un autobús.
Yo estoy fuera de las voces,
estoy fuera de mis manos,
más allá de mi vista sin ojos
me miro, me mezclo en la confusión
de esta tarde donde sigue la vida sin mí
y camino triste por los carriles nuevos,
por las recién estrenadas sendas
que me llevan a mí y todos estos cuerpos
a este mundo que sigue ya siempre
veloz como las ruinas, sin nosotros.
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