A Saulo José García Nufio
Siempre está presente, como la cocina,
se arrincona y allí sonríe levantado,
a veces queda mirando un pensamiento
que mece más tarde en la hamaca.
Limpia los carros, limpia la ropa, limpia el patio;
y si es lunes lava el pelaje de la perra,
los miércoles prepara la basura; su oído es un reloj
que marca el tictac exacto de las distracciones.
A la noche se duerme en movimiento:
otro vaivén que al mundo regala.
Su músculo es un péndulo que sigue
el camino del sol al tender las prendas.
Acepta todos los mandados, arranca
su busito y en él lleva el hielo o a las tías.
Es el único hombre bueno que conozco
que será un niño tímido para siempre.
1 comentario:
lindo poema, que describe en su contenido una personalidad buena, humana.
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