A Ennio Morricone
Como el agua en la gruta entra el sonido,
llega a la planicie donde reposa, coge aliento
y se lanza al durazno, rodea su brisa, descansa
y desbocado se dirige al mar de la belleza.
Del revólver de la vida salen pentagramas,
y estos se enrollan, desfilan como la hierba,
suenan a paso y silencio, tienen boca y mesura
y el borbotón medido del temor a lo áureo.
Dame música pistolero, dame luz de agua,
abre tu cabeza y saca el estómago del trino,
saca el coyote, destapa tu botella de mujeres
y esboza la banda sonora de mis recuerdos.
1 comentario:
Muy bello poema, que nos recuerda la música y los paisajes asombrosos de tantos westerns, comenzados a ver en la infancia deslumbrada.
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