miércoles, 5 de enero de 2022

El mapa de la cara de mi madre

 


En el mapa de la cara de mi madre

hay naufragios, batallas, concilios,

puertos que vigilan sus ojos hechos de abejas

y, por tanto, llenos de zumbido

y, por tanto, rasgados por la senda

de barcos que viajan a la deriva.

 

Está el mar quieto, una cuna se mece

en la cima de la más alta montaña;

islas solitarias se extienden por la mejilla,

en una habito yo, en otra mis hermanos.

 

En el mapa de la cara de mi madre

trazan los viejos las próximas pesquisas,

sillas de ruedas recorren provincias azules,

se abren en canal los valles por donde ríos fecundos

riegan la agricultura de un huerto cerrado.

 

Una costa en el labio se llama silencio.

 

No hay frontera en el mapa de tal rostro

pero sí una guerra donde se disparan flores

marchitas.

 

Viajando en la cercanía esbozo sus acantilados;

desde uno se despeñan animales y alegrías,

desde el otro salta una mujer desnuda,

frente al último pasa una barca llena de alcachofas

sobre la que vamos montados para explorar

el mapa, el secreto último de los arrecifes.

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