domingo, 17 de enero de 2016

PRÓLOGO, un poema de Juan Eduardo Cirlot

Soy un hombre cualquiera y solitario
que vive entristecido a ciertas horas
por indeterminados pensamientos.

Externamente sufro como todos
las huellas cotidianas, indelebles.
Voy vestido de gris. A veces llevo
una corbata rosa.

Miro lejanamente los jardines,
separado del cielo, ciudadano
inscrito en el cemento y en el sordo
rumor inconsolable de las plazas.

Mi corazón es mío algunos días
especialmente bellos.