viernes, 31 de julio de 2009

Nos vemos en septiembre

En unas horas me pondré a la cola de todos los retrasos. Las maletas están cargadas de libros, lápices y papel y muchas ganas de ir al sur, el sur mío de todos los secretos. Olvidado como estaba en torno a eso de tener vacaciones se me hace rara la prolongación del tiempo en torno a la cocina de mi madre donde huelo ya las berenjenas y donde mi padre entra cargado de pescado antes de que su nombre asome la panza por entre el faro Sacratif. Los cuadros hace rato que acumulé con sumo cuidado en la parte de atrás de la furgoneta, habrá exposición en Torrenueva a finales de Agosto pero quisiera colocarlos sin sentido por entre los campos de aceituna, por entre las hileras de calabacines que plantó el abuelo con cariño. También voy a pintar versos en la arena de la playa; no los míos, que los detesto, sino los de los maestros que me tienen confinado.

A pesar de la edad temprana de este lugar, cuántas alegrías me ha acumulado. No concibo las mañanas sin el café al lado de Batania, ese madrugar más ameno que se hace si el azúcar me sale neorrabioso o si existe por ahí el murmullo de alguna abeja con orejas de lobo o si los Poekas han planeado algún nuevo encuentro que es sólo es el motivo para pasar los buenos ratos y descansar del Madrid que hierve en los pómulos. Quiero agradecer, por tanto, de todo este tiempo, las recomendaciones de Batania con las que suelo coincidir plenamente, abriendo una posibilidad de conocimiento enorme y permitiendo que tenga agregados en marcadores a decenas de poetas jóvenes con los que descanso de las ocho horas. Y sobretodo, el descubrimiento de Vuk, cuyo libro Guerra de Identidad habré leído al menos tres veces y ya está guardado en esos huecos que quedan en las maletas y que siempre recuerdas, para susurrármelo al menos otras tres estos días de sosiego. Lo mejor de esta chica mitad gallega y mitad croata es que escapa completamente de la homogeneidad de que está inmersa la poesía actual y ofrece un tono nuevo, en esa masa de cemento que conformamos y donde ella es piedra y donde parece que la guerra está a punto de estallar. No voy a extenderme en los elogios que no le faltan, le agradezco la multitud de imágenes que me ha propuesto y que voy a dibujar; yo que soy tan dado a la recreación y que me carcomo si no vislumbro en el papel la imagen que se me ha calcado en la cabeza.

Volveré en septiembre con el maletero hasta arriba de víctimas, esos poemas y dibujos cabizbajos que me hacen huir de las trincheras. Os echaré de menos, está claro, pero sé que también vosotros seguiréis acumulando las hermosas piezas de esta sinuosa caza. Espero que cuando regrese aún lata la sangre preciosa de los poemas.

jueves, 30 de julio de 2009

De gallos y progenitores

Mi padre siempre me dice
que si me pareciera más a él
otro gallo me cantaría,
pero mi despertador no se degüella,
ni bate sus alas al amanecer
si digitalmente no se lo sugiero.

Luego añade que no me coma las uñas,
mi padre que se muerde los padrastros,
mi padre que no besa caras ni aires,
que riega con desaire los geranios.

Mi padre siempre me dice
que cuando vaya a hacer algo
piense que alguien está observando,
pero mis recreos no fueron lo mismo,
ni las primeras estocadas, los orgasmos,
el orgullo rojo en las iglesias.

Luego añade que a ver qué pasa con esa chica
y se llena de dedos y picotea las falanges:
asín, asín lah tenía, me dice enhiesto
y yo me imagino a mi madre en el pulgar.

La primera vez que gané
un concurso de poesía
me dijo que no sabía
que esas chorradas
dieran dinero,
me dio la pala
y a cavar,
acabar con la estrofa
a cavar con la gorra,
no lo dice pero lo supongo,
prefiere que mueva la tierra
a que mueva las palabras,
yo le digo que muevo la tierra
con las palabras
y me manda a cavar,
a acabar.

Mi padre siempre me dice
que la mujer debe andar, por lo menos,
siete metros por detrás del hombre;
por eso, quizás, siempre llego con retraso,
yo que intuyo en las faldas mariposas
y leo enfermizo a Nabokov.

Luego añade que tiene gracia el metro,
eso de vivir en Las Musas,
esas gilipolleces, como él dice, que me invaden
y me dejan inválido como un niño.

Mi padre siempre me dice
que a ver si tengo cojones
de hacer todo lo que él ha hecho,
y me lo dice a mí que me conformo con nada,
yo, que en los veranos me lleno de abuelas
y me confino feliz al ostracismo.

Luego añade que no me acueste tan tarde,
que la noche espesa las arterias.
Mi padre suda cuando tengo frío.
Mi padre se llama como el sol.

viernes, 24 de julio de 2009

1 poema de Javier Cánaves

LAS COSAS QUE SE PIERDEN

Se pierden los mecheros, el virgo, los relojes,
los rostros de mujeres que quizá nos amaron
en la noche del tiempo, en un piso sin muebles,
los motivos triviales de alguna despedida.

Se pierden direcciones escritas con carmín,
paquetes de tabaco, calcetines, palabras
con el peso de enigmas aún por resolver,
el nombre de aquel bar, la canción que escogisteis.

Se pierden los amigos, las corbatas, las noches
más golfas y más breves, la inocencia, el acné
del amor primerizo, el afán por crecer,
por beber y fumar sin tener que esconderse.

Se pierden, ya por último, las ganas de contar
las cosas que se pierden.

(De Al fin has conseguido que odie el blues)

miércoles, 22 de julio de 2009

El acantilado

No tengo miedo de decirlo:
soy la opacidad del desamparo
y tú eres el griterío de los niños
malvados que juegan a besarse.

Por qué has puesto cadenas
donde antes yo mordía los columpios,
y a qué viene eso de mecerme
a mí que detesto la alegría pendular.

Puedo quererte y duele escribirlo,
por eso tengo dos cucharas al lado
para hacerlas cuenco de las cuencas
y obvie así la tortura de asumirlo.

Acostumbrado como estoy a lo inútil,
a esa recreación tuya en los papeles,
ese hacerte poema, el modo terrorista
de quitarte de en medio y conformarme.

Falta el último paso: el acantilado,
estrellarme en la pupila de tus mares
o ser pasto de sombras y estalagmitas;
yo, el caído de valles, el olvidado de caer.

Si las orillas me parecen altas, qué salto,
a dónde lanzar la mole de tanta cobardía;
yo, que detesto el olor de los claveles,
yo, que me rasguño con los huecos del pincel.

Aún así, déjame que te lo diga:
soy la obviedad del desengaño
y tú eres la agonía en la plaza
del morlaco que otro día, si eso, lidiaré.

martes, 21 de julio de 2009

2 Poemas de Cristina Peri Rossi


Todo estaba previsto
por la tradición
occidental
esa tu rebelión
a los papeles convencionales
la resistencia
a ser tratada como objeto
el objeto
que soy para ti
salvo cuando te escribo
para los demás.
Entonces te objetualizo.

LA BACANTE III

También hay un poeta
que le recita poemas antiguos
-bacanales-
y al cual ella jamás concede sus favores.
Teme que satisfecho,
se le fuera la inspiración.

(De Diáspora)

lunes, 20 de julio de 2009

Anatomía del párpado

Ahora ya lo sé:
la forma más fácil de asesinar
es el parpadeo.

Basta una persiana,
bastan los velos, los vuelos
de las cortinas.
El ojo no está preparado
para semejante colisión.

Aún así yo me arriesgo
y te ausculto los pliegues,
dudo aún de las paredes
que se abrieran;
yo que me encerré con el cuchillo,
yo que me arresté las posibilidades,
yo que me mantengo alerta
por si me miras
y me asomo a la ventana
para recibir en la frente
tus disparos.

Y restan, quedan los rastros
de las uñas sobre el alféizar
donde yo buscaba la manera
de suicidarme;
pero llegas tú
y me miras,
me encierro en cavernas,
te pinto Altamira;
me he construido un embalse
con millones de grietas a posta
donde quepan las pestañas
donde discurra alegre el agua
de tus silencios.

La cosa es bien sencilla,
morir es fácil en las diásporas
si me dejo pisotear por tus miradas:
ojos que me persiguen en estampida.

viernes, 10 de julio de 2009

Paseo

A Braulio

Hace dos semanas me invitabas
a cerveza
y ahora yo sólo puedo invitarte
a mi oración.

Trasplantado y contento
caminabas durante horas
los montículos de playa
para ver de lejos epitafios.

Jugabas sin descanso
a hacer de abuelo,
pestañeabas la pulcra ironía
que sonrojaba a la muerte,
te decías con suerte
de animarte los kilómetros,
eras el vecino soñado
por costumbre a estar presente.

Ya no cuadra el marco,
qué poemas ahora, qué goles
dejarán las patadas de tus nietos,
qué nerviosismo arrastrarás
en los carros de la compra,
cuál de estas olas que me salen
te llora, cuál aún no se ha enterado.

Pasea ahora la espumosa cerveza
de las nubes,
cronometra aún el tiempo
que te sobra.

Hace dos semanas me regalabas
cinco minutos preciosos de tu órgano,
y ahora yo sólo puedo invitarte
al segundo que nos faltó.

miércoles, 8 de julio de 2009

Estafados


Hoy me han engañado
dos kilos de tomates,
veinte litros de gasóleo,
la puta estafa
de la contribución.

Lo peor no son los cepos
ni las vitrinas abarrotadas
sino esa sensación de mira
en azoteas, ese sentirse
Kennedy a todas horas:
la costumbre de los disparos.

Me da vergüenza decirte Pedro
a cuánto me pagan los tomates,
a veinte céntimos, a veinte mierdas;
me cuestan más los plásticos
del invernadero,
me cuestan más las ruinas
de los bosquejos,
mas no me quejo,
pregunta si no a los marineros.

Lo peor no son los llantos
de la piel gruesa del campesino
sino esa extensión de minas
en tiendas, ese sentirse
Gandhi a todas horas:
la costumbre de las huelgas.

Me da vergüenza decirte Antonio
a cuánto he pagado yo tus tomates,
a euro ochenta, a herida abierta;
échale la culpa al gazpacho
del francotirador,
me cuesta más decirme Drácula
al chorrearme los caninos:
esa sensación de sangre en el tomate,
ese haberte, con perdón, mordido.

lunes, 6 de julio de 2009

Esfera

Te amo,
dice la mujer;
cuídate de no amarme
demasiado -dice el amante,
pues retornarías a ti misma,
el amor es redondo.


Malcolm de Chazal
Sens Magique







Eventualmente grapo el mar
para mostrarte los pliegues
de sus cortezas.
Lo traspaso como páginas,
te lo enseño como cuentos
por abrirte la pestaña,
por graparte con los dientes
la sorpresa.

También archivo lunas y hemisferios
y bailo con las hoces del maíz
para serme metáfora y satélite
del planeta que me atraes.

Literalmente atornillo las estrellas
con la punta de tu lengua en espiral,
con la masa de tu párpado letal
cazo órix en tus selvas.

Habitualmente coloco catedrales
para mostrarte los mendigos
de tus tristezas.
Aliento las cruces, socavo las trenzas,
por abrirte la limosna,
por robarte los te quieros
de la lengua.

Aún así con frecuencia me equivoco
y me grapo a mí mismo en escalones
y me pido para mí las cestas,
para mí las crestas, las ruedas,
los espejos, los cinturones...
y me choco siempre abarcando mares,
y me acorralo entre leones;
y me sale la bestia, me sale el letargo
frío y bravo de los mordiscos.

Así como digo, eventualmente,
me da por varear las cascadas
de tus iglesias.
Las traspaso como libros,
te las muestro en los cafés
por abrirte la legaña,
por dormirte en los planetas
del neceser.

Como ves, frecuentemente hago cosas raras
como pasear las aspirinas, acordonar letrinas,
saborear habitaciones, violar a voces los silencios,
abanicar los residuos tóxicos de las tiendas,
pintar en gritos párpados, llorar las espesuras,
saber que no hay cura por insultar al cura, que las letras
son vacíos que me cuelgo en las literas;
que te insulto por amarte sin que lo sepas.

Eventualmente soy rehén de lo grapado
y te amo muy despacio en las aceras,
no te cortes al pasar rápido los entresijos:
verás imágenes en mis poemas,
que no son míos, que te han regresado,
que esconden sus diatribas en esferas.

No sé dibujar, luego dibujo


El otro día una amiga me decía: Pedro, escribes infinitamente mejor que dibujas, pero (y haciendo un fuerte énfasis en ello) I N F I N I T A M E N T E mejor. Vamos, que básicamente me dijo con cierta alegría que no sabía dibujar. Y yo que soy piedra, que me hiero con tan sólo el agua que se me coagula, que empecé a dibujar en serio porque una antigua novia me regaló un cuaderno de esos de pinta y colorea porque decía que los dibujos de mis mapas en geografía eran horribles y que me salía por todas partes y no sabía en absoluto diluir el color; me dije: paciencia, puedes hacerlo y puedes inventar los colores y pintar con eso que nadie utiliza porque tarda mucho en secarse, y me reciclé y me grité basta y sin demasiada paciencia me puse a jugar. El bueno de Fernando me dijo: tus mejores cuadros son aquellos a los que has dedicado más de una tarde, date tiempo. Y así hice, así surgieron los funambulismos hexagonales, los retratos místicos de mi madre, los augurios típicos de la sinestesia... No conforme con ello ahora quiero fotografiar mis sueños y recién comienzo fotografiando realidades para entrenarme, para no romperme del todo aún dentro de mi piedra. Agradezco a Noelia su taladradora, su pequeño martillo capaz de derruir fortalezas; con ello me especializo en escupirle con más fuerza al volcán.

Emisión de poetas en el aire del jueves

domingo, 5 de julio de 2009

Poeta en el aire


Como ya sabéis, el pasado jueves asistí como poeta invitado al programa POETAS EN EL AIRE, que emite radiovallekas de 13 a 14 en la 107.5 de FM. La compañía fue inmejorable, ya que Martín Lozano, en ausencia de Sebastián Galán, se encargó de dirigirlo y José Antonio, también de Poekas, acudió como colaborador. Reinó el ambiente amistoso y charlamos de muchas cosas, sobretodo de poesía, claro está. Todo bien condimentado con buena música que me permitieron llevar al programa; así que como muchos supondréis: No, no faltó algo de Queen; ni faltaron las risas y lo mejor de todo: los comentarios en los descansos, la emoción de Martín que parece que dirige por primera vez el programa y estaba muy animado y contento porque las cosas iban saliendo bien, a pesar de comenzar observando una nota al lado del ordenador que decía estar estropeado; pero nos salvó la buena predisposición y el hacer radio en directo de verdad, con improvisación impuesta en los temas musicales por el funcionamiento del ordenador; a lo que también contribuyó la simpatía de José Antonio, que nos arropó con su presencia y avisó de los muchos actos gratuitos en torno a la poesía que se suceden en Madrid a diario.

Estoy a la espera de conseguir el programa grabado que subiré al blog tan pronto como lo consiga para compartirlo con vosotros; eso sí, agradecer desde aquí a los que os tomásteis la molestia de escucharme en directo y un fuerte abrazo a mis dos acompañantes de aquella mañana inolvidable, los estupendos Martín y José Antonio, que me hicieron sentir como en casa y vivieron conmigo muy de cerca mis poemas.

Celayeando y Benedettiando las despedidas



El pasado martes 30 de Junio, los Poekas nos despedimos hasta después del verano y a lo grande: leyendo poemas propios y alternando otros de Celaya y Benedetti; en un aula atestada de gente y con el sonido de las palabras introduciéndose entre los filtros insoportables del calor; y aunque sudamos, ganó la poesía y aunque sufrimos el salvaje golpeteo del aplauso al sufrimiento que acreditaba muchos de los poemas, salimos ilesos. No todos los combates acaban con abrazos y una cerveza en la calle que llenamos; ya con el disfraz de poeta guardado en un cajón, de risas, expectativas y la voz más calmada y el ritmo ya escondido y los labios lejos, lejísimos de la sorpresa. Destacar del encuentro la voz exacerbada, la herida roja del poeta colombiano Carlos Muquitay que nos habló de Palestina y que lloró a Palestina y nos avisó de que: cuidado, también en las ternuras afloran las diatribas, y me dedicó ese poema y hablamos de nuestro Miguel Hernández y me lamentó su paro, como el que comparten algunos de los poekas y nos dimos esperanza y brindamos como un encuentro lo que era en verdad una despedida tan pequeña que parecíamos habernos encontrado hacía tan sólo un momento.

Fuera de aquella aula la poesía parecía desierta en las esquinas de un portal. Hay rumores de cena final de despedida; está claro que los poekas nos echamos de menos, que multiplicamos cada vez más los eventos, que dignificamos la armonía. No sé si habrá cena, pero seguro que seguirá habiendo poesía.

Mi segundo recurso a una multa


Madrid, 2 de Julio de 2009



Estimado Tte. Alcalde Delegado del Área de Jaén Sostenible:


Antes de escribir este segundo recurso he navegado y naufragado por la red buscando las plantillas adecuadas, el lenguaje apropiado y algunos ejemplos de recursos muy graciosos cuyo tono podría invocar aquí. También me planteé hacer uso de un lenguaje completamente ininteligible como el que se suele usar de manual en la burocracia, lleno de referencias a artículos aburridísimos, parrafadas enormes donde minuciosamente no se dice nada y donde se trata al receptor como ganado encerrado detrás de muchas leyes, mil alegaciones y cientos de frases que por su vacío humano asusta. Pero yo, que antes que burócrata soy persona, que antes que ingeniero soy humano y que antes que ganado me reconozco hombre; y no se crea que de los malos; tras deliberar sobre la forma que debía acoger para referirme a usted, elegí esta que puede leer y que espero que agradezca ya que no recomiendo a nadie la náusea de que me vi envuelto cuando me puse a buscar uno por uno los artículos que me rodeaban en esta metáfora del animal acorralado.


La verdad es que no tuve mucha suerte la mañana de aquel hermoso 26 de junio del año pasado cuando a eso de las 11.20 de la mañana aparqué mi Citroen Xantia en la calle Joaquín Tenorio con la exclusiva finalidad de acercar una silla de ruedas a la Clínica Geriátrica La Inmaculada donde vivía mi tía Antonia García Carrascosa en la habitación 414. Este hecho puede usted corroborarlo aunque no nos sirva ella de testigo ya que desgraciadamente falleció en diciembre. No quiero con esto usar la pena como recurso. La pena es que yo aparcara con cierta tranquilidad en aquella calle junto a muchos otros vehículos que cometieron el mismo error y a los cuales supongo que el Agente de Policía Local de Jaén número 2416, al que amistosamente voy a llamar a partir de ahora, Fernando, por ejemplo; premió con la misma falta que a mí. La cosa es que tan sólo me dio tiempo a besar pudorosamente la frente de la hermosa anciana, acurrucarle la sonrisa ante la nueva silla de ruedas y regresar al lugar para comprobar que el bueno de Fernando había efectuado su labor de aquella mañana de forma óptima y precisa; supongo que no se puede usted quejar, la calle estaba llena de coches aparcados, fue un buen día de caza. Admito que recogí la bella multa del parabrisas con sorpresa que se convirtió en resignación cuando anduve a lo largo de la calle para comprobar la señal semitapada por las ramas de un árbol cercano; tenía el coche aparcado justo en la otra punta; como ve usted no tuve mucha suerte aquella mañana. Pensando en la historia que envolvió mi caso, me vienen a la cabeza las muchas otras que rodearon a otras personas aquel día; habría de todo, claro está, la gente de Jaén que conociera mejor que yo la ciudad supongo que aparcarían allí aún a sabiendas de la posible multa que siempre es una lotería. Recuerdo una muchacha que venía muy contenta con una tarta en las manos; sabrá usted que junto a la plaza del Posito hay una pastelería muy buena; pues bien; también a ella le salió caro el pastel porque el amigo Fernando; quien, ojo, estaba en todo su derecho y eso no lo puedo discutir, le había amargado en aquel minuto el merengue. No sé si ella le habrá contado a usted esa historia de la tarta que no me negará que también es muy bonita; no tanto como la mía, claro está, pero bonita. Me imagino unas cuantas más, no todas tan románticas, pero parecidas. Es una lástima que del envoltorio que tapa a todas ellas, sólo importe un número que nos identifica, una matrícula que nos penaliza y una resolución que se nos coloca en plantillas, con cierta rapidez, pues imagino que seamos muchos los cazados y las presas, ya se sabe, o se domestican pronto o podrían salir a correr con demasiada libertad, esa palabra.


Me disgusta, por ejemplo, que en la notificación que me enviaron expresen literalmente: Durante el trámite de alegaciones el denunciado/a alegó en su defensa lo que a su derecho convino y que aquí se da por reproducido para, a continuación, no reproducir nada y luego, ya sabe, esa enumeración preestablecida de los fundamentos de derecho, que es para echarse a llorar; pero yo, que pertenezco a esta generación de cansados y de la que me niego rotundamente a dormir no quería agachar sumisamente la cabeza de buenas a primeras ante la autoridad sino expresar como estoy haciendo y como supongo que debía haber hecho desde el primer momento en lugar de consultar con un amigo abogado que me enumeró las claves y me escribió un tratado bastante bueno sobre recurrir multas es fácil si sabes cómo, la sensación que voy palpando en torno a mí del animalillo encerrado que poco puede hacer, salvo cavar un poco todos los días por si hay suerte y la libertad es una palabra que se hincha un poco aunque se cave, que existe un poco aunque no se diga.


Y nada más, ahora voy a escribir otro recurso al alcalde de San Lorenzo de El Escorial que podría darle muy buenas ideas, como poner un día de casualidad folios en los carteles de las zonas de aparcamiento pegados con precinto para pagar también los fines de semana consiguiendo así que los habituados a ir allí a pasar la mañana del sábado y aparcar tranquilamente como era costumbre, sean pillados graciosamente por sorpresa. No sé si este buen hombre conseguirá que al final pague la multa pero ha conseguido que ya no vaya tanto por allí. No me gustan las ciudades atestadas de cepos.


En cuanto a usted; bueno, no se moleste mucho por la ironía, entiendo que usted hace su trabajo y que las cosas funcionan así y que qué le vamos a hacer; que incluso en tiempos de crisis hay que recaudar, y recaudar más; esto lo sé por mi padre que no ha sido multado en su vida y desde unos meses a esta parte se le acumulan como a mí las transgresiones. A mi abuelo no tanto, porque nunca aprendió a conducir salvo para guiar a sus borricos o bestias como él los llama, a ese campo primero que llenó de olivos su sudor. Yo también sudo, no se crea, y siempre intento pagar por lo que me parece justo; esta multa no la creo así y por eso se lo comunico; aunque la última palabra la tiene usted. No sé si después de este intento se puede recurrir más; si es así, le prometo que la próxima vez le escribiré en verso, se me da bien eso de jugar a la estrofa; es más humano que mis derechos.


Sin otro particular, le saluda atentamente:




Pedro José Morillas Rosa




Pd. Recuerdos a Fernando.

miércoles, 1 de julio de 2009

Poetas en el aire


Mañana jueves 2 de Julio de 13 a 14 h. en Radio Vallekas, el poeta Martín Lozano me entrevistará y leeré algunos de mis poemas en el programa Poetas en el aire, en el 107.5 FM o en www.radiovallekas.org