lunes, 31 de agosto de 2009

Arema I



Tras el magnífico mes de Agosto que he pasado en la playa creo llegado el momento de introducir la siguiente idea: hay versos, entre una y diez palabras, que revelan su verdadera naturaleza, que no es la humana, sino la de la arena (es decir, incontable), a ciertos fascinados andantes, los cuales, muy a menudo, son totalmente indemnes a ellos (hasta el punto de pasarles completamente inadvertidos) pero que son de una importancia específicamente inútil y, por ello, casi sagrada. Propongo designar a esas creaciones escogidas con el nombre de "aremas", de la combinación de arena más poema. Y para abrir boca dejo el siguiente de Carlos Muquitay: Mi herida se llama Palestina.

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