lunes, 7 de julio de 2014

El sur

Le da el pecho
el sur
al abanico,
se peinan las mujeres
para sacar sus sillas
a la puerta
de la casta,
nadie sabe
lo que duerme
el agricultor.

Se miran los claveles
antiguos,
la montaña tiene
en su lecho
el galope de un poeta
recientemente
rutilado,
hace el viento
cabañas de cuentos
en los susurros
de las cantinas.

Verás como alguien
se ríe de repente
de una desgracia,
nada pasa en los destinos
para eso
ya está
Dios.

Los viejos hablan
de antes,
los niños hablan
de después
y está estancado
el ojo
del hombre
mediano.

Piensa quedarse el ajo
en la boca,
la poesía es
pura
guarnición,
los ancianos
se han reunido
para criticar
a la petanca.

Verás el brillo
que esa mujer
le saca
a la acera,
verás los pliegues
de la cal
de su fachada,
verás cómo
por esa calle
se pasea
el cocido
y hay una diadema
en la cabeza
de todos
los portales.

Le escribe el sur
a la ruina
una carta
de presunción,
hace cola
la ola
en la trenza
de la alegría,
sale la luna
entre el tomillo,
baila un fandango
el aceite,
la nieve se ha
quedado en lo alto
prendada
de la solera.

Si hay suerte
saldrá el pastoreo
con el cristo
de la legaña,
si hay suerte
izará su vela
el candil
más apagado,
si hay suerte
el arroz con
conejo
de la abuela,
si hay suerte
mastiquen
los niños
el chanchullo.

Está Hesíodo
en los bares,
ha lanzado
el vino
su cometa,
verás como
alguien
hace pomposa
la historia
más pequeñita.

En aquella esquina
la hazaña de una mujer
contra la lechuga,
en ese banco
lo gigante que era
el pescado
de la vacía cesta
de la mañana,
en aquella pancarta
la espantosa pelea
que nunca
sucedió.

Y así como los álamos
su sombra para el romero,
así la hermandad
de la virgen
de los tambores.

Le da el abanico
el pecho
al sur
y es este
sólo un punto
entre el levante
y el septentrión,
una espina
de la rosa
de los vientos,
no hace falta
ser augur
para verle
la castaña.
Otro día el norte
si eso,
otro día un
canto
de poniente;
pero hoy el sur,
los delfines
de Nemeyón,
ánsar
de mi pesebre,
empieza la vida
en su enagua
bruzando su orilla
los mares
de gaviotas.

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