Quiero decir que tengo los talones en
la muerte,
quiero decir que creceré tan abajo
que nadie me verá florecer;
quiero decir que tengo pétalos
para el magma.
Quiero decir que han puesto una cuesta
en la línea azul de los cormoranes,
quiero decir que seré tan rápido
que todos me verán llegar a ninguna
parte
y que volaré a expensas del naufragio.
Tantas cosas quiero decir
que diré tan pocas
que no cabrán
en el témpano
del volcán
y arderán
mil flores
por ello.
Quiero decir que hay una sordera para
mí
en los altavoces,
que no entiendo el aullido de las
flautas,
que no pertenezco a tus aulas;
que yo aprendí en los callados olivos
que nada dicen salvo tú.
Quiero decir que el hombre se ha
equivocado
tanto tanto
que hay hombres que todavía creen
en mí.
Y quiero decirle al mundo: subnormal,
y quiero decirle a la patria: vete,
y quiero decirme a mí mismo
que no quiero decirme
absolutmente nada
salvo algo.
Y quiero casarme con Isel tantas veces
de nuevo que, contadas,
caben exactamente en la brizna
más exagerada del universo;
y aún así, quiero decirle a Isel
tantas veces te quiero
que arderán mis costumbres
en su ojo equivocado.
De verdad que quiero decir
algo trascendente,
remarcar:
he visto gangrena en las ilusas
garras de los menajes;
he visto panteras en los ojos
de las muchachas,
he visto la vulva estallar
en las legañas de la noche
y me he bañado, por tanto,
en la acera donde pedían
querer.
Es por eso que quiero decir y digo
que me importa una mierda
la trascendencia,
que no escribo para tu gusto,
que no me lamento de tus lamentaciones,
que amaré tantísimo que me darán
igual
tus bodrios;
pero, eso sí, amaré tanto a mis
hermanos
que saldré con ellos
a las luciérnagas
hasta adjudicarnos
su luz.
Por eso quiero decir y digo
que quiero decir basta,
y quiero decir que lucharé tanto
que me quedaré tan quieto
que nadie podrá alcanzarme
con su batuta
y que soy tan del agua
y tan del viento
que nadie podrá contar
mis oxígenos.
Por eso quiero decir: decir
por eso quiero decir: volver,
pero volver a ningún sitio
y permanecer en mi cielo
donde no importunan
los cimientos y yo soy
tanto tanto
que nada
en absoluto
quiero
decir.
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