No lloras,
toda la carne te sube arriba
hacia el ojo y cae en cascada
por la córnea
y se deshace en manantiales
donde descansas sobre lenguas
hechas olas de llorar.
toda la carne te sube arriba
hacia el ojo y cae en cascada
por la córnea
y se deshace en manantiales
donde descansas sobre lenguas
hechas olas de llorar.
No lloras,
es que el mundo se te ha metido
en el ojo y por mucho que soplen
tu ojo tendrá todo un mundo
que le haga llorar,
todo un mundo.
No lloras,
es que es demasiada la alegría
del verano lleno de básculas
y se pasa de rosca la dendrita
del bañista, se pasa de tosca
la almazara.
Lloras, si acaso
porque qué sabrá de ti el diapasón,
porque qué sabrá del alga la corriente.
Lloras
el rugido del eco
en el hueco
de tan callado
y un sinfín de repisas
te desbordan.
Lloras porque en los ojos
aún bailan
los planetas
y en el espacio
hay un niño que se alegra
sin columpios.
Lloras sin llorar
y tienen migas las legañas.
Lloras un espacio-tiempo
de desgana.
Lloras
y
ya.
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