la cola lotera
escancia su pena
por los rincones.
En la feliz vanidad
son campeones
los dineros, las colonias,
los tacones.
De tanto amor
se nos pega el hambre
de Bostwana.
Mas en el derroche
no está el broche
de paz
en el mundo.
Aún así, por Navidad,
caníbal, el hombre
se come y se come
hasta hartarse
de sí.
La lotería obesa
tiene la gula
de los inflados
y el hombre tiene pavo
en los regalos
y los fogones.
Tentada de improbabilidad,
la cola lotera
escancia su pena
por los rincones.
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