A todos los microscopiolopithecus,
científicos economoglobales,
ácidodesoxirribonucléicamente ciegos
en el abarrotado tren de la dislexia
yo os digo que
en el aire
ni nitrógeno
ni oxígeno
ni anfígeno que se precie
ni gases con nobleza
ni regla con tabla
ni electrónica
configuración.
En el aire: Isel
iselando los iseles
iselubres,
Isel ante toda
preposición.
Isel
en todos
los elementos.
Isel.
A vosotros coleccionistas
de estudios univerparasitarios,
preparados para no saber
absolutamente nada,
cíclopes arponados, víctimas
de la aLOEpecia,
contenedores de títulos
y diplomas rancios
colgando de vuestras paredes
de liso papel acartonado
enflorecido en balcones
de apariencia
yo os digo
que la vida
ni seis mil euros menstruales,
ni coche de banda
por cañones cien,
ni chalé en las afueras
donde no mezclaros
con la inmensa
y humana
disolución.
La vida: Isel,
la casa: Isel,
iselásticamente iselada,
iselóbregamente iselgura.
Y a vosotros
funcionarios del Estrado,
sillafantes aburridos,
comatosos del meñique
que garzoneáis a la injusticia
aposentados en vuestras vitrinas
donde parecieron prohibiros
mover las falanges
yo os digo
que en el mundo
ni política,
ni enconomía,
ni defensa
ni enmienda
ni liberación.
En el mundo: Isel,
en el rifirrafe: Isel.
Iseluro de iselhidrógeno,
iselóxido perisélico,
ácido hiposilesoso,
trinitroiselodueno.
En verdad os digo: Isel,
¡Isel! En verdad os digo.
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