miércoles, 21 de diciembre de 2016

Fragmentos de DE LA MATERIA DEL SUEÑO de JULIO MONTEVERDE

...nos hemos acostumbrado a consultar el catálogo moderno de soluciones previstas para cualquier situación dada.

El ser humano civilizado, occidental y desarrollado, en su búsqueda desenfrenada de la coherencia racional, ha ido eliminando toda posibilidad de relación directa con sus sueños...

...si el psicoanálisis aplicado a los sueños siempre ha buscado curar, jamás se debería olvidar la necesidad del ser humano de enfermar a través de ellos.

...es hora de que el sueño acuda al rescate de la vida, poblándola de aquello que nos incumbe.

El sueño, como se verá, también posee armas contra la dominación.

...la poesía... es hija primogénita del sueño.

Los poemas... pueden ser entendidos como una onirización de la existencia.

...el sueño no debe ser dependiente de la poesía en su definición sino más bien al revés...

Es la poesía la que ha aprendido a hablar de lo esencial a través de las enseñanzas que el mundo de los sueños le ha dejado en forma de marca fosforescente.

La poesía continúa estando al alcance de todos los inconscientes.

Nuestros sueños son la anticipación más directa de lo que nuestra vida puede llegar a convertirse.

...como vio Gerard de Nerval, el camino que lleva a la cumbre y al abismo es uno y el mismo.

...el sueño siempre es una lucha abierta contra el miserabilismo.

La lucha del ser humano por la libertad también se produce cada noche...

...en el manantial de vida en llamas que brota de los sueños y de su relación con la vigilia existe una reserva de libertad y unas posibilidades de liberación de la vida concreta de cada uno de nosotros que la convierten -y estoy pensando mis palabras- en un arma. El sueño es realidad en la medida en que es real.

...solo las traiciones de la memoria impiden que durante el día absorbamos toda la pesada agua de los sueños.

Ya es hora de que se supere la deprimente idea de la separación de la vigilia y el sueño.

En su polimorfismo, el sueño posee una capacidad de generación de lo poético y lo maravilloso que merece ser reconocida a plena luz.

Los sueños no se estrellan contra el muro de los párpados abiertos. Los sueños se derraman en nuestra vida modificándola y convirtiéndola en lo que realmente es.

...la intensidad de los sueños es, la mayor parte del tiempo, muy superior, al menos emotivamente, a la de la mayor parte de la vigilia cotidiana.

Cuando deseamos, el tiempo y el espacio son unidades de medida por destrozar.

El hombre, al dejar de desear se convierte en el esclavo absoluto del tiempo y del espacio.

El hombre es su deseo cuando sueña...

Los sueños son el pliego de cargo de nuestra vida contra lo que la mata.

El deseo es el verdadero puente a través del cual la relación entre la esfera del sueño y la esfera de la vigilia adquiere, por decirlo de alguna forma, su propia coherencia particular.

...la infancia -ese tiempo en el que el hombre empieza a conocer, de la forma más dura concebible, que sus deseos tienen límites y que en el mundo existe también fuera de él y le condiciona...

La liberación del mundo de los sueños no llegará a su conclusión hasta que la misma sociedad no sea cambiada para dar cabida en ella, de forma preferente, al deseo del ser humano en todas sus formas.

La experiencia que los sueños nos proporcionan es la prefiguración de nuestro futuro más ardiente.

El mundo de los sueños, lo sabemos, es estrictamente amoral...

El sueño no muestra ninguna delicadeza...

...todo lo que intentamos es desbrozar el camino de vuelta para el sueño, ya que sentimos su presencia a través de las llamadas que nos dirige cuando golpea insistentemente su puño contra el tabique que lo separa de la vigilia.

...los relojes marcan el discurrir del tiempo, pero el tiempo no es lo que marcan los relojes. No es casualidad, ni ciertamente una excentricidad superficialmente poética, que durante la Comuna de París las masas empezaran su trabajo por la saludable práctica de disparar a los relojes de las fachadas de los grandes edificios.

Es necesario admitirlo: si necesitamos los relojes es porque el tiempo que ellos miden es exterior a nosotros, porque no forma parte de nuestra naturaleza.

...el sueño no demanda ser creído sino vivido.

La tiranía de los relojes debe terminar.

...el sueño propone un futuro, es decir, un escenario concreto en el que nuestros deseos y necesidades puedan encontrar un cumplimiento o una satisfacción aunque sea a nivel puramente simbólico.

Cuanto más se avanza en la interpretación de los sueños, cuanto más se riza el rizo interpretativo, más se avanza en la parcialidad.

...el sueño y el pensamiento llamado primitivo parecen estar relacionados de forma evidente. La diferencia esencial entre el pensamiento primitivo y el pensamiento civilizado es que el primero aprovecha todos los recursos a su alcance, mientras que el pensamiento civilizado tiende a utilizar exclusiva y primordialmente el proceso lógico. De esta forma el pensamiento primitivo, aquel que supuso el inicio, se caracteriza por su voluntad integradora, que intenta la fusión a tantos niveles como sea posible (y cuantos más niveles mejor) de toda la realidad circundante y la interior. El pensamiento civilizado, en cambio, intenta reproducir esas relaciones en un único plano que considera el más adecuado, compartimenta la experiencia en tantos campos como le sea posible y, desde esa compartimentación, siguiendo un proceso estricto en el que lo que no se adapta a su método no tiene cabida en sus resultados, intenta comprender el mundo. Pero todas las formas de pensamiento que el hombre primitivo utilizaba para relacionarse con el mundo no han desaparecido, es decir: esta modalidad de pensamiento que aspiraba a la integración de todo lo real, que fue la preferente del ser humano durante la mayor parte de su existencia sobre la tierra, es la que continúa actuando en el sueño, poniéndonos continuamente en contacto con las fuentes primordiales. En este sentido, el sueño es la reserva de ese pensamiento que se desarrolla, sobre todo, con la intención de unir, de la forma más completa posible, al hombre con lo que hay a su alrededor, con la naturaleza misma.

El mundo onírico pone en cuestión materialmente el mundo de la vigilia, y lo hace a través de la libertad, libertad que debe ser aprehendida si deseamos que se proyecte también en nuestra vida.

Los sueños son uno de los ejemplos más devastadores de poesía experimentada en la vida, una poesía (para entendernos) que ya contiene, de hecho, todo lo que demandamos hoy en día a la poesía para que realmente pueda aspirar a estar incluida en un proyecto de vida no sometido per se a los imperativos exteriores...

...los hombres de ciencia jamás lograrán entender el papel que la poesía tiene en nuestra vida...

A todos nosotros nos corresponde llegar donde los científicos nunca podrán acercarse.

...el sueño tiene la capacidad de convertir en perfectamente innecesario cualquier esfuerzo de sublimación.

...la única consecuencia del sueño que nos interesa es aquella que produzca más vida, nunca más arte.

Soñadores del mundo, realizad vuestros sueños como vuestros deseos.


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