Estoy verdaderamente harto e indignado. El resultado de las últimas elecciones lo único que me demuestra es que hay un altísimo porcentaje de españoles que no merecen ni mi consideración ni mi respeto porque son gilipollas. Lo digo alto y claro y con todas las letras. Me los imagino como a los estadounidenses cuando Bush lió la del pulpo con Irak; me los imagino allí sentados, sacando papel milimetrado para hacerse un croquis que le lleve a una decisión en sus elecciones: vamos a ver... en fin... se ha demostrado que todo eso de que allí tenían armas de destrucción masiva no es cierto... y tal... bueno, los hemos bombardeado por amor al arte y con intereses puramente económicos... es una tragedia y va contra la moralidad y los derechos del ser humano así que... en fin... me salen las cuentas y voy a votar a Bush, sí, a él, otra vez, para que todo siga siendo una basura. Aquí pasa algo muy parecido, está claro que nos han fallado, que se han reído de nosotros, que sí, que el PSOE lo ha hecho muy mal así que no nos queda otra y vamos a votar al PP que es como el PSOE pero aún peor, así que hagámoslo así a lo bestia.
Pues claro que no creo en la democracia, ¿cómo voy a creer en un sistema que permite que existan estos partidos políticos, que haya personas imputadas asumiendo los cargos que poseen, que deje que una inmensa mayoría de gilipollas siga votando otra vez lo mismo, otra vez a la mentira y a la corrupción, cómo voy a hacerlo?
Encima ahora nos toca aguantar sus políticas de privatización de todo y de ayuda a nadie hasta que la líen parda porque aquí nadie reacciona hasta que meten la pata tan al fondo que la cosa remueve las conciencias, como la guerra de Irak, el 11M o la crisis económica de ahora. Pero es que la reacción consiste en irse al otro, al otra vez lo mismo, a los que van de guays y no tienen ni puta gracia. Parece que aquí todos son del Barça o del Madrid sin más opciones que esas, sin nada más que hacer.
Soy escéptico, pero espero que las asambleas de barrio convocadas por el movimiento 15M sirvan para algo. Yo estaré en la de San Blas donde vivo, agarraré ese megáfono y haré mis propuestas sin metáforas. No estamos pidiendo nada absurdo, luchamos por lo justo; el problema es que no sé si el mundo conoce qué es eso de la justicia, qué es esa idea de la igualdad. Yo ya sabía el resultado del domingo y me espero el próximo igual; pero no van a contar conmigo ni uno ni otro. Yo he votado y seguiré votando a la luz.
La luz toda que nos falta.
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