Elena Moratalla me envía esta foto del homenaje a Miguel Hernández, una de las del reportaje que nos hizo Nacho, el fotógrafo que se encargó de inmortalizar el momento. Me dice que ahora puedo presumir de estar entre los ojos del poeta.
Ahora el olfato poético del gran Miguel puede presumir de un hermoso narigón que en verdad es todo un hombre.
Por cierto, Pedro, he puesto en reposo a mi blog y estaré desconectado una buena temporada, allá en mi país lejanísimo, produciendo poemas en mi fábrica, pero miraré a diario el correo electrónico.
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Ahora el olfato poético del gran Miguel puede presumir de un hermoso narigón que en verdad es todo un hombre.
Por cierto, Pedro, he puesto en reposo a mi blog y estaré desconectado una buena temporada, allá en mi país lejanísimo, produciendo poemas en mi fábrica, pero miraré a diario el correo electrónico.
Un abrazo.
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