martes, 18 de mayo de 2010

Sonda


Las uñas como brocas abarcando los fondos
se distraen con aquelarres mientras cavan.
Sólo buscan el abismo de las cosas
y fondean espesuras sin límite
hasta llegarse al hueso.


Saben que la distancia entre dos planicies
es otro sinfín de planos dispuestos a su causa;
cuanto menos sirve su desgarro
más hondo hondean su barbarie.


Las uñas se comen a los hombres,
los hombres se comen a los codos;
cada vez que atravieso un planeta
caigo en otro que excavar
y me perforo los ojos
y los revisto de universos
y la carne se curva
para el taladro.


La velocidad
del dolor
adelanta
la sonda
que soy
de mí.


Caigo
sin
remedio:
uñas
me
devoran.

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