Llegas tarde a tu puesto de esclavo
con la epopeya hasta arriba de desgana,
te colocarán en la cadena de montaje
y te despiezarán.
Ahorrarás lo justo
para disgusto
de ti.
Te alquilarán un trozo de parcela
que te harán creer ser tuya,
tendrás tu coche, a la noche
harás el amor a tu mujer
mientras te montan
y te hacen mondas
los sudores.
Como la propia trama
te corrompe
rompe a llorar
tu eco:
No
mía
es la culpa,
no mía
la estrategia,
te dirás.
Y un día de estridencia,
con la cenefa de tu hartazgo
escopeta en mano y alegría
romperás la red de los deudores.
Y habrá una cárcel para ti
más física que la metáfora,
y en las ánforas meterán tu nombre
y llorarás por tu pecado.
Si cada vez que haces algo
tu España se vertebra,
rómpela,
rómpela,
yo te ayudo esclavo,
te ayudo yo.
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