Es para mí y mi otro yo motivo de orgullo y satisfacción anunciarles (calla, déjame que sea yo el que se lo diga/ cállate, si tú lo único que sabes es hacer ecuaciones/ joé, que yo le daré un tono más solemne/ ¿me quieres dejar, no soy yo el poeta?/ ya estamos, que si el poeta, que si el pintor, que si el puto artista muerto de hambre/ ¿y tú?, que detestas tu trabajo, que siempres estás ahí interrumpiéndome con las clasecitas que si de dibujo técnico, que si de economía, que si de matemáticas, que si de física, que si ahora soy ingeniero, que si llalalalalalla.../ al menos te doy de comer tontolaba/ bueno pues ya está, díselo tú.../ no anda, hazlo tú, si lo estás deseando, para las veces que te dejo salir/ venga, ni pa ti ni pa mí, los dos a la vez, ¿vale?/venga, perfecto, los dos a la vez), pues eso, que es motivo (para este Pedro Morillas y para este otro también) de orgullo y satisfacción anunciarles que celebramos con profunda alegría que Las nínfulas de Yoknapatawpha cumple un año.
Estaría guay hacer una estadística super currada diciendo el número de visitas acumuladas y todo eso, pero hace tiempo que se me jodió el contador y no tengo ni idea; tampoco me he molestado en mirar si en algún sitio puedo conocer ese tipo de detalles. Así que diré que he tenido munnnnnnchas, y ya. Esto es seguro porque yo mismo me visito asiduamente a ver si alguien me dice algo porque eso sí, los comentarios creo que no superan los treinta, y no los treinta por entrada, sino los treinta así, en general, que tiene mérito. Esto tiene dos ventajas básicas: una es que no tenga que quitar la posibilidad de que la gente me diga lo que le apetezca porque sería un aburrimiento insoportable tener que dar con la opción que así lo permita; y la segunda es que no tengo por qué no admitir seguidores ya que carezco, creo, de ellos, y es otra información que graciosamente no puedo daros porque la desconozco.
El blog está bien, me ha dado la oportunidad de conocer a poetas muy muy malos, pero a otros increíblemente buenos, también he convivido un poco con ellos y me han tenido en cuenta para algún recital o algún partido de fútbol, siendo esto último lo que más poético me pareció. Lo mejor ha sido, y ya lo he dicho muchas veces, dar con el grupo Poekas, que son más amigos que compañeros de oficio en esto de la palabra y con los que comparto, aunque nos veamos sólo una vez al mes o ni eso, una gran afinidad.
Y nada, hace un mes o ayer mismo, pensaba en celebrarlo cerrándolo para siempre, dejando que en la Semana Santa muriera para volverlo a re(su)citar y asestarle la última puñalada en su ascensión a los cielos al tercer día, pero como de alguna manera sé que antes o después tendré algo que decir, aunque sólo sea para que mi padre por las mañanas cuando madruga mucho lo lea y luego me diga que qué pollas quería decir alguna de mis chorradas, pues mejor lo dejamos como está, aunque sólo sea para que el otro día pudiéramos recaudar casi nada para nuestros hermanos chilenos que tan mal lo pasaron.
Lo que está claro es que la poesía parece seguir siendo un arma cargada de algo y este espacio está bien para encontrarnos la pólvora, y como de vez en cuando me sale algún que otro disparo y encuentro a otros muchos por ahí que dan sin dudar en las dianas de mis subjetividades, pues brindaré por ello cuanto menos.
Así que nada, soplo esta primera vela celebrando que he escrito un montón de entradas, leídas por mucha gente de quizá más de un país, comentadas por cuatro gatos y espero, de verdad que sí, que no sea la última. Todo sea por esa necesidad absurda que tenemos los poetas de que otros ojos nos lean como si fuera posible así hacer más tratable la soledad.
Gracias, gracias, a los que me leéis, que sois un montón, creo; en especial a mi hermana Virginia, que me publicita ante todos sus amiguitos del tuenti.
3 comentarios:
Pues enhorabuena, amigo, por ese primer año cumplido. Te comento ahora para que sobrepases la treintena de comentarios.
El balance es positivo si así lo quieres ver. Y, si no, te lo digo yo. Además, esos poetas te dejaron jugar un partido de fútbol con ellos! Yo, al igual que le pasa a Carmen Lomana con Nati Abascal -quien no deja a la primera acudir a las mismas fiestas a las que está invitada- estoy vetado, es decir, si se me invita al siguiente partido, habría quien se negase a jugar, cosa esa, desde luego, de hombres poco juciosos o, directamente, de niños repelentes. Y mira que yo jugué con futbolistas malos y en campos terribles hasta mis 18 años y nunca me sacaron la tarjeta roja ni pasaban cosas de estas, con lo analfabetos que son muchos futbolistas...
Por cierto, ¿sabes que la única hermana que tengo, cinco años que yo, también se llama Virginia? Joder, tío, si la Virginia que nombras también es hermana de sangre tuya, otra cosa más que tenemos en común.
Un abrazo fuerte.
Más pronto que tarde, nos veremos.
Para que ningún insensato se atreva a corregirme, me corrijo yo: se dice juiciosos y no "juciosos".
Otro abrazo.
Buen día.
Enhorabuena, Pedro. Y para ser original te diré: ¡que cumplas muchos más!
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