Mi padre tenía un Renault 9. Sólo
recuerdo el color gris del coche y la música que sonaba adentro.
Oscilaba entre Queen y lo más variopinto de la música de los
setenta. Entre todas las melodías, no sé por qué, recuerdo
especialmente este Cerca de las estrellas de
los Pekenikes, que me sigue pareciendo fabuloso hoy día. La música,
desde luego, no parece del grupo, ni siquiera de este mundo, es de
esas canciones que resultan inconcebibles, magníficas.
Hace
poco me visitaron mis padres y la puse a todo volumen.
-Ya no
se hace música como esta -decían.
-Ya no
se hace nada como entonces -casi repetí yo, como si supiera algo de
antes, como si la música existiera antes de ese momento.
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