miércoles, 18 de febrero de 2015

Fragmentos de SI AMAESTRAS UNA CABRA, LLEVAS MUCHO ADELANTADO de José Luis Cuerda


¿Cómo se me ocurren las cosas que se me ocurren? Pues normalmente sentado.

No permitas que te mire un niño sin ver una sonrisa en ti. Ellos no han pedido nacer. Nosotros somos culpables de todo. Hay que facilitárselo.

Cuando te guiñan un ojo ¿quiere decir que te quieren bien, que prefieren no verte todos los defectos?

La gratitud es suplementaria y busca reconocimiento. Asunto a estudiar.

Tocar amor a manos llenas electrocuta divinamente.

Somos más en lo que sucumbimos que en lo que alcanzamos.

El silencio es el altavoz (ay, tan elocuente) de la nada.

¿Nunca se ha partido de risa un espejo al veros?

Creemos que gobernamos nuestras horas y nuestros días; pero si recapacitáis os daréis cuenta de que van a su aire muchas veces. Y ululan.

Yo he intentado sobornar algún espejo; pero son durísimos.

Es muy duro subir durante tanto tiempo la cuesta abajo interminable.

Las y media me caen bien. No son tan rotundas y tiquismiquis como las en punto ni tan mediocres como las y cuarto o menos cuarto.

Algunas noches me digo: ¿Cuerda, has sido hoy persona? Y, si no dudo demasiado para afirmarlo, me duermo.

Si los sacerdotes lograran convencer de la perfección que les reporta el celibato, se acababa el mundo.

Puesto a decir amén, prefiero hacerlo sin la tilde.

El prestigio de la docena es más una cuestión de huevos que de apóstoles.

A veces el camino de ida se hace a la vuelta. Y no es triste.

Un lunes es una disposición mental.

La felicidad no da la felicidad. No sé si me explico.

A veces uno es tan tonto que ni siquiera llega a ser nocivo.

A la hora exacta llega el retraso.

Lo que salta a la vista te puede dejar ciego.

Tengo cinco enfermedades y no sé con cuál quedarme para morirme. Mientras dure la duda, voy viviendo. Mira tú qué bien.

Un crío que llora silenciosamente, hacia adentro, es un fracaso de la civilización.

Tengo la sensación, muy agradable, de que del mundo actual me estoy perdiendo un montón de cosas que no me interesan nada.

Al terminar la carrera universitaria, o la segunda carrera universitaria, el tonto, si es tonto-tonto, se convierte en tonto titulado superior.

Decidme cuáles son las instrucciones y miramos por qué no hay que seguirlas.

Llevo la razón (no el diario) plastificada para enseñarla en las discusiones y ahorrarme argumentos incomprensibles hoy día.

La bandera, esa simplificación tan insultante.

El capitalismo salvaje y estúpidamente voraz (caviar para hoy...) está dispuesto a morir matando. Es una agonía genocida.

Amanece, que no es poco la hice sin darme cuenta.

Solo tengo envidia de mí mismo, niño, cuando mi madre me besaba, después de arroparme. Me daba las buenas noches y apagaba la luz.

¡Poetas, rescatadnos!

Ves a un crío andar por la calle dando saltitos de la mano de su madre y lo echas de menos.

Siempre, que yo recuerde, me he atrevido conmigo.

Un escarabajo pelotero sabe perfectamente lo que se trae entre manos.

A los burros se les ve a distancia cuando están enamorados.

A estas alturas la historia es un destilado de intereses hecho literatura.

En vez de caer en la cuenta, ¿podemos caer en el poema de vez en cuando?

Si alguien dice: "Oh, el corazón humano". Tírale una piedra.

Baroja: "Sólo el hombre completamente estúpido es perfectamente normal".

Yo escribiría eso que estás pensando; pero no voy a plagiarte.

La belleza de las caderas es infinitamente superior a la del unicornio. Siempre lo he pensado.

La sonrisa es un instrumento de cuerda. La carcajada, percusión.

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