por la persiana
y sé que veo
a base de rebotes.
Se cuelan.
Nómadas fotones
como relámpagos
te habrán tocado
hasta llegarme.
Sonrío.
Por mucho que traduzcamos
este poema al iraní
jamás tendremos el ojo,
el verso de una de tus uñas.
Esta luz es la reflexión
de todas tus paradas
y hay porteros que hacen
menos daño a sus balones.
No te muevas.
El pincel está atornillado
y las partículas corroen las rejillas,
dejemos aún vacía la ventana,
que la fibra óptica te transfiera.
Te miro.
Creo imposible la imagen
si la poesía la devora.
Estamos torcidos,
mas qué bello el desnivel.
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