no es bueno para los revolucionarios
dejar la sangre
dormida demasiado tiempo
hasta
conformarse!
El día es un misto.
Las cabezas de fósforo apenas
han frotado toda su venganza
y no tienen todavía chinchetas
las camas
ni se ha puesto vuestra ira
al servicio de la voz.
Es la vida un llumí.
No hay más función para vosotros,
no tenéis teatro
y los guionistas siempre quieren
que muráis
tras varios episodios
de epidemias.
Una cerilla eres tú:
¡Despierta,
ahora tiene precio nuestro grito,
hagámoslo de cifras colosales,
llegue nuestra queja hasta Himalia,
saquemos las sandalias
de su letargo!
El día es un misto,
ya está saliendo
la cabeza
de su caja
y no quiere arder,
no se deja,
el guión.
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