Y dicho esto inauguro dos nuevas
secciones en mi blog, una en la que hablaré de la poesía actual
aprovechando que me estoy poniendo muy pronto al día después de
haber superado dos años difíciles donde he ido creciendo como
autónomo. Hablaré con sinceridad, que falta y mucho. Nada de
amiguismos; tampoco es que vaya a ser duro a estas alturas,
característica que siempre me ha faltado. Pero tampoco voy a
homenajear a cada poeta leído. La poesía está manchada. Se le ha
dejado disparar con cualquier estupidez y se le ha puesto el código
de barras del poema. No sé ni los blogs que hay de poesía ni la
cantidad de poetas que salen a la calle con su pinta de poeta. Ni
creo en los poetas que creen que por nombrar muy a menudo: genitales,
palabrotas... están dando mucha fuerza a su poesía y dotándola de
gran valentía. No estoy en contra de que la gente tenga su blog y
escriba lo que le dé la gana; ni siquiera de que cada cual quiera
publicar su libro si hay una editorial suicida que así lo permite;
lo que ya no me entra en la cabeza es la cantidad de admiración que
se brinda a veces a tantos poetas que no han escrito ni un verso en
condiciones y que, encima, han ganado el XVII Premio NoSéCuál, de
siempre autobombo editorial. Desde que ha desaparecido el colectivo
Addison de Witt, se ha perdido la sinceridad. Sólo se escribe lo
bueno; pues claro que a todos de vez en cuando nos sale el talento y
decimos algo hermoso; pero digamos también lo malo que no pasa nada, pero no nos pasemos tampoco, he visto algún blog por ahí que ya se pasa.
Y también estoy en contra de los poetas que sólo escriben para
poetas, estos son casi peores que los anteriores. Estos acumulan no
sé cuantas condecoraciones en sus vitrinas y no saben ni decirse
porque ya no es su voz la que suena sino que la han adaptado a unos
oídos; los oídos más innecesarios para la poesía que son los del
propio poeta; ese que no eres tú.
Creo en cambio en los poetas que
escriben y nada más; que escriben además para Gema la peluquera y
para Manolo el de los tomates; que se dejan entender; esos que los
poetas muy curtidos llaman poetas menores o de pacotilla. La poesía
debe ser entendida por todos sin rozar el patetismo, esa es la poesía
que yo entiendo y defiendo; y otra cosa, no tiene género la poesía,
no me habléis ahora de poesía tal y poesía cual. La poesía es, en
cada cosa, ella misma. No, es que yo escribo poesía experimental,
poesía de la experiencia, poesía política, poesía genital...
vale, pero esa es la temática de la poesía. Dejémosla ser, sea
ella misma sin más. Por eso, crearé una sección de CRÍTICA
POÉTICA para hablar de lo que me parece sinceramente lo que leo y en
lo que he invertido mi tiempo y mi dinero.
Por otra parte, escribiré también
otra sección que he querido llamar LA POESÍA EN MÍ y que vendrá a
contar cómo he ido viviendo la poesía desde los comienzos,
sirviendo así de pequeño diario y confesión; invitando a todo el
mundo a pasear por ella.
Y, por supuesto, no hay garantía ni de
que empiece con ninguna de las dos pero es algo que me he propuesto.
Espero que lo disfrutéis. O no.
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