es
nosotros.
En el blanco y negro de la disputa
en el yo más, tú más, yo menos, tú
menos,
en el ahora no te hablo ni yo a ti
tampoco
en las refulgencias vacías de
resplandores
mezclamos la paleta de colores,
sumamos y restamos a la vez,
utilizamos la boca de los ojos
y a plena luz decimos: oscuridad.
La única similitud entre Isel y yo
es
nosotros.
En la absoluta distancia del de
acuerdo,
en el tira la basura, hoy te toca a ti,
en el deja este canal, a mí me gusta
el otro,
en el altísimo bejuco sin pared,
acordamos no acordarnos de la nada,
en forma de cubo nos desenfadamos,
abrimos el libro de las televisiones
y nos dejamos crecer flores en la
espalda.
Isel es yo sin laberintos
y yo soy Isel sin glaciaciones.
La única diferencia entre Isel y yo
es
nosotros.
1 comentario:
Bueno, bueno! has encontrado las palabras exactas y con belleza sencilla, para escribir el mismo poema que vivo en mi "nosotros", el que nos identifica y nos diferencia a la vez. El poema que hoy necesitaba precisamente para dejar crecer esas flores por la espalda y por el pecho. Humildemente, gracias
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