martes, 19 de mayo de 2009

Presente de indicativo del verbo Ser Humano

Una capibara hembra suele cuidar de sus crías y de las del resto de la manada mientras el resto de los adultos aprovechan para comer la hierba milagrosa tras seis meses de sequía; también esta mañana, la vecina de al lado, una muchacha bien vestida y maquillada pasó por la guardería para dejar a su hijo antes de marchar a la dura jornada de trabajo. La capibara deja que todas las crías, aún no siendo suyas, mamen de sus protuberantes bolsas de pelo y leche mientras que la vecina se deja amamantar por su propio jefe temiendo el despido. El mayor peligro para una capibara, aunque sea adulta, es la anaconda; el mayor temor de mi vecina es que su marido llegue esta noche borracho otra vez.


Las fuertes tormentas que siguen al período de calor insoportable no son impedimento para las termitas, que construyen sin descanso enormes montículos de tierra, baba y excremento que, al endurecerse, simularía en muchas propiedades al hormigón. Cuando esas magníficas obras de ingeniería son abandonadas, otros animales, como aves y reptiles, aprovechan la ausencia de las termitas para colocar allí sus propios hogares. En el centro de la ciudad hay enormes y bellos edificios abandonados. Los destinados al ministerio y a otras obras del gobierno son, en su mayoría, auténticas joyas de la arquitectura que guardan en su cobijo miles de nadas archivadas en salones inmensos y vacíos. Cuando el oso hormiguero deambula por entre los termiteros, utiliza sus potentes garras para hacer huecos por los que obtener alimento. Las termitas atacan rápido, mordisqueando o lanzando sustancias que le provocan fuertes escozores al animal de larga trompa con lo que éste no suele estar más de un minuto en cada termitero. Las termitas obreras en seguida tapan los agujeros provocados por la amenaza mientras los edificios del centro se consumen con los años y son tapados largo tiempo por carteles inmensos de publicidad.

Cuando anochece en el lodo y las hormigas aprovechan para darse el lote mientras las termitas aladas buscan pareja haciendo de la tormenta un conmovedor espectáculo sexual, las larvas de los escarabajos emiten luces verdes fosforescentes escondidas en el termitero abandonado por las ansias de libertad de sus habitantes. El jefe de mi vecina copula ferozmente con prostitutas de lujo en las suites más caras de los hoteles de la ciudad mientras sus empleados aún tienen la luz de la oficina lanzando fotones sobre su estado nervioso cercano a la crisis de ansiedad. Las pequeñas larvas atraen con sus emisiones fotovoltaicas a las hormigas y termitas, inmovilizándolas con fluidos pegajosos para posteriormente ser engullidas sin piedad; del mismo modo, monedas sonrientes resuenan en los bolsillos del ejecutivo jefe atrayendo de esa manera a los jóvenes programadores que no consiguen la compilación adecuada del trabajo exigido.

Es extraño visualizar a un jaguar en estado salvaje y aún más escandaloso es encontrarlo atacando a los buitres para quedarse con su carroña, pero así pasa a veces en el pantanal. Los países más poderosos de Occidente provocan guerras y hambruna en Oriente, con fines únicamente económicos.

Los lobos se pasan la vida buscando comida en el pantanal. Son animales extremadamente independientes, de forma que marcan su territorio orinando largamente a lo largo de kilómetros de termiteros, árboles y otras maravillas de la naturaleza. El ser humano tiene un miedo terrible al compromiso e intenta explicar el amor a base de hormonas y otras sustancias químicas. Los lobos escasas veces se encuentran con seres de su misma especie y cuando lo hacen suelen pelear defendiendo así su zona delimitada por orines y excremento. Es raro visualizar a un ser humano defecando por entre los portales, semáforos y otros lugares públicos. Cuando un lobo del pantanal se encuentra con su pareja femenina suelen jugar justo en la frontera que les separa de sus respectivos territorios; si bien el lobo no entiende de amor, también es cierto que acepta lo que la naturaleza le propone, lo que le impide la vida en pareja sin importarle el océano de orina que hay de por medio. El ser humano suele depender de otra persona importándole demasiado cualquier defecto que impida esa relación e, imitando al lobo, construye admirables fortificaciones de mierda en torno a su corazón, obstruyéndolo, antes de que una sustancia química llegue a él y sea repartida por todo el organismo.

Una capibara no podría sobrevivir en un piso de ciento veinte metros cuadrados en una zona céntrica de la capital así como mi vecina, la muchacha de la guardería, el marido ebrio o el hijo descuidado jamás durarían más de cinco minutos en mitad del pantanal.

Aún siendo insectos tremendamente vulnerables, las termitas dan su vida por todas las demás. Instintivamente y de igual modo, un vagabundo me confesó en la entrada del metro, soñar con ser ave o reptil.

Por la noche, el pantanal entero, visto como la parte de un todo, simula los rascacielos de la gran ciudad. Una larva se come a una hormiga al tiempo que un marido borracho le destroza la mandíbula a su mujer.

El jaguar sólo consume comida en estado de putrefacción cuando va acompañado de sus crías y escasea la caza. Los gobiernos occidentales sólo se enriquecen a costa de los demás cuando les sale de los conductos deferentes, la uretra y todo el aparato reproductor, así, en general.

Cuando un lobo no encuentra animales con los que alimentarse se contenta con unas hortalizas similares al tomate cuando éstas caen azarosamente de sus puntiagudos matorrales. La mayoría de los seres humanos sencillamente no saben comer, otros ni siquiera pueden.

Lo que diferencia al ser humano del resto de seres vivos es la inteligencia y su capacidad de amar a los demás de forma no instintiva.

Yo me descojono.
Tú te descojonas.
Él/Ella se descojonan.
Nosotr@s nos descojonamos.
Vosotr@s os descojonáis.
Ell@s se descojonan.

Presente de indicativo del verbo SER HUMANO.

1 comentario:

benyrema dijo...

a conjugar Pedro a conjugar. Tengo uno a punto.