Supongamos que x=1 y que te quiero,
supongamos que el logaritmo en base 2 de tu cuerpo
hace que la lluvia sea cartesiana y con pendiente,
supongamos que, por accidente,
x=0 y que te enhebro, en las conquistas,
parábolas.
Si te quiero y x=0: el frío
si te quiero y x=1: el beso,
si llueve te llevaré al fractal
donde despejar
nuestras incómodas
hipótesis de viento.
Pero si al quererte tanto
x tiende al proscrito
vals de mi cerebro,
habremos calculado mal
el otoño
y serán necesarios
los binomios,
los unicornios
para entendernos.
Habrá un crack
de matemáticos
si no desciframos desde ya
la hipocicloide,
la homología
de tu ojo.
Trampantojo si x=0,
escudo si x=1.
¡Trampantojo el mundo,
Isel,
trampantojo!
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